jueves, 22 de septiembre de 2016

Viena, Austria. Parte 2.



Holaa!!! Otra semana más estoy por aquí! Y os sigo hablando sobre Viena. 
Aquí os dejo el post anterior: Viena, Austria. Parte 1.



Durante el siglo XIX, sobre todo en la segunda mitad, Viena inició un despegue demográfico, acompañado de reformas urbanísticas, que la convirtieron en una gran ciudad, multiplicando en un siglo su población por diez.

En 1857, se derribaron las murallas por decreto de Francisco José I de Austria, abriéndose una nueva avenida, la Ringstraße, donde se construyeron importantes edificios, como la Ópera, la Universidad, el Ayuntamiento, el Parlamento, la Bolsa y los museos de historia del arte e historia natural.

La derrota de Austria en la guerra austro-prusiana en 1866 y la posterior anexión de los Estados alemanes a Prusia convirtieron a la unificada Alemania en un peligro para Austria, por lo que esta última se tuvo que aliar con Hungría en lo que se conoce como la "política de compensación o Ausgleichpolitik.

Así pues, en 1867, tras el Compromiso con Hungría, Viena se convirtió en la capital del Imperio austrohúngaro y en un centro cultural, artístico, político, industrial y financiero de primer orden mundial. Con esta alianza, Austria prosigue sumando otras más, con lo que para fines del siglo XIX el imperio abarcaba los actuales países de Austria, Hungría, Eslovaquia, República Checa, la Galicia polaca, la Transilvania rumana, la Bucovina y la Rutenia ucranianas, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia y el Trentino-Alto Adigio italiano.

Viena alcanza su máximo demográfico en 1916 con 2.239.000 habitantes, siendo la tercera ciudad más grande de Europa. Éste es el período cultural más glorioso de la monarquía de los Habsburgo, con Francisco José I rigiendo el Imperio de 1848-1916. También es la época de los suntuosos valses vieneses en la Opera Nacional de Viena, grandes carruajes paseando por la Ringstraße y la Kärntner Straße, así como de los típicos cafés vieneses.

De la época destacan intelectuales, como Sigmund Freud en el psicoanálisis y Otto Bauer en el campo del pensamiento político, principal exponente del austromarxismo, ideas que calarían fuerte en la sociedad vienesa, pues ya en 1895 el gobierno municipal estaría en manos del partido socialcristiano, precursor del actual partido ÖVP. Tampoco hay que olvidar en el plano artístico el movimiento modernista, la Secesión de Viena, con Gustav Klimt como principal exponente en la pintura, Coloman Moser en el grafismo y Joseph Maria Olbrich y Josef Hoffman en la arquitectura. Contrario a estos destacaría asimismo Adolf Loos con su racionalismo arquitectónico. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial y la posterior derrota austrohúngara truncarían gran parte de ese esplendor.

Tras el asesinato del Archiduque heredero Francisco Fernando y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo, a manos del terrorista serbo-bosnio Gavrilo Princip, y ante la abrumadora evidencia de la participación de los servicios de inteligencia serbios en el complot, la monarquía dual declara la guerra a Serbia, a la que se le alían Alemania y Turquía y que, ante la oposición de Francia, Inglaterra y Rusia, deviene en la Primera Guerra Mundial. En octubre de 1918, derrotada Austria-Hungría y sus aliados, estalla la revolución en Viena que pide la disolución de la monarquía y la independencia austríaca; sería el fin de la monarquía de los Habsburgo que gobernaba el país desde 1278.

Viena se convirtió, tras el tratado de Saint-Germain, en la capital de la pequeña República de Austria, reducida a su tamaño actual, sufriendo un importante revés demográfico, económico y político. Pese a todo, en esta época continuó la actividad intelectual con el Círculo de Viena, considerado por muchos el grupo de intelectuales más influyentes del siglo XX en Europa, entre los que destacan Karl Popper, Moritz Schlick y Ludwig Wittgenstein en la filosofía positivista lógica.

Durante el periodo democrático republicano, es decir, desde 1918 hasta la dictadura de Engelbert Dollfuss en 1934, el Partido Obrero Socialdemócrata obtuvo la mayoría absoluta en todas las elecciones celebradas para el gobierno local, por lo que la ciudad pasó a ser conocida como Viena roja. La política socialdemócrata de esos años se caracterizó por un extenso programa de viviendas sociales y por un marcado apoyo a la educación y la sanidad públicas, tal y como preconizaba la corriente austromarxista. La Viena roja finalizó en 1934 a consecuencia de la guerra civil austríaca y la victoria del Frente Patriótico. Su último alcalde fue Karl Seitz.

La importancia cultural vienesa se mantendría hasta 1938, en que el país fue invadido, y posteriormente anexionado por la Alemania nazi. Dicha anexión, conocida como el Anschluss, estaba prohibida en los tratados de paz y fue la primera de las expansiones tendentes a unificar en un solo Estado a todos los germanohablantes, bajo un solo liderazgo. En la ciudad, que pasó a ser capital de la provincia de Ostmark, pronunció Hitler, el 14 de marzo de 1938, su primer gran discurso a los vieneses desde el balcón central del Palacio de Hofburg, discurso que es considerado uno de los más emotivos del dictador y de mayor aclamo por su masiva audiencia debido a la euforia que la anexión de Austria al Tercer Imperio Germano causó en parte de la población. Para legitimar la invasión se celebró un referéndum el 10 de abril que resultó favorable al Anschluss con un 99,73%, si bien carecía de las garantías democráticas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Viena sufrió los indiscriminados bombardeos aéreos estadounidenses que destruyeron buena parte del patrimonio histórico como la catedral gótica de San Esteban, la ópera de Viena, los puentes del Danubio, entre otros, el cual fue reconstruido tras la contienda. En mayo de 1945 Viena es tomada por el ejército soviético, quienes, junto con franceses, estadounidenses e ingleses, después la ocuparían durante los 10 años posteriores bajo un sistema de ocupación cuatripartita en la ciudad, similar al de Berlín.

Tras las gestiones de Leopold Figl y Julius Raab y la posterior firma del Acuerdo de Moscú, Austria recobra su independencia el 15 de mayo de 1955, y Viena vuelve a ser capital de la República de Austria. A partir de entonces y gracias a su compromiso de neutralidad, Austria se convirtió en sede de organismos internacionales como la OPEP, la ONUDI, IAEA, IIASA, entre otros, lo cual convierte a Viena en la tercera capital de la ONU, después de Nueva York y Ginebra, por lo que se puede ver hoy en día una gran comunidad internacional, en particular en el distrito 4 de Viena derivada de sus cuerpos diplomáticos. Desde 1995 es parte de la Unión Europea y de los países de Schengen. A partir de 2002 sacó de circulación el chelín austriaco y entró en vigor el euro como la moneda de curso legal en toda Austria.

A continuación os dejo algunas fotografías:






Espero que os haya gustado el post de hoy.
¡Un Saludo!
Ana.

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